Samsung ofrece dos versiones distintas del Gear S3. En primer lugar está la edición Frontier, algo más deportiva, que es la que hemos analizado. En segundo, la edición Classic, más centrada en tratar de ofrecer un plus de elegancia gracias a elementos como su pulsera de piel y unos acabados menos “agresivos”.

Nos encontramos con productos ligeramente más grandes (1,3 pulgadas de pantalla frente a los 1,2 del Gear S2) y con un diseño circular que ya es la norma en los fabricantes de smarwatches salvo, por supuesto, Apple. El aspecto general en mano es el de un reloj “grandote” y voluminoso, algo que que lo hace apto para muchas manos… pero no para todas, y aquí parece que la orientación es al público masculino.

El uso del acero inoxidable en la caja del reloj les da a estos S3 una consistencia realmente notable, mientras que la correa que se ofrece por defecto es de una “silicona activa” que es agradable al tacto aunque también resulta algo “pegajosa”. Su aspecto, no obstante, es impecable, y podremos intercambiar fácilmente la correa si no nos gusta: Samsung hace uso del estándar en este caso, con correas de 22 mm.

El diseño está protagonizado por los colores oscuros que dominan todo el reloj, pero sobre todo hay un elemento dominante: el anillo circular y giratorio de la parte exterior de la esfera, que ya sorprendió en el Gear S2 y que es un singular sistema de control de las opciones del reloj.

En la parte derecha encontramos dos botones y el pequeño micrófono, mientras que en la parte izquierda detectamos una pequeña rejilla para el altavoz. Por detrás tenemos el sensor de ritmo cardiaco, y no hay ningún tipo de contactos eléctricos o de toma micro-USB, ya que la carga del reloj es inalámbrica y por inducción, como veremos más adelante.

Su armado es de gran eficiencia

Muchas son las mejoras que afectan al exterior pero sobre todo al interior del nuevo Gear S3. Ese diseño «acorazado» del que hablábamos permite entre otras cosas dotar a este reloj inteligente de resistencia frente al agua y al polvo. Él S3 de hecho cumple con la certificación IP68, pero también con la especificación militar MIL-STD-810G de los Estados Unidos que garantiza que por ejemplo es posible utilizar el reloj durante 30 minutos bajo el agua a un metro de profundidad. Podremos teóricamente nadar con él sin problemas, aunque aquí Samsung, como otros fabricantes, prefiere no hacer mucho ruido con esta capacidad, y recomienda usarla con cautela y lavar el reloj con agua corriente si por ejemplo metemos el reloj en agua salada.

SAMSUNG GEAR S2, ESPECIFICACIONES TÉCNICAS
DIMENSIONES FÍSICAS49 x 46 x 12.9 mm y 59 gramos
PANTALLA1,3 pulgadas circular Super AMOLED. Protección Gorilla Glass SR+
RESOLUCIÓN360 x 360 píxeles, 278 ppp
PROCESADORExynos 7270 dual-core a 1 GHz
RAM768 MB
MEMORIA4 GB (no ampliable microSD)
VERSIÓN SOFTWARETizen 2.3.2
EXTRASCertificación IP68, Samsung Pay, micrófono, altavoz
CONECTIVIDAD802.11n Wifi, Bluetooth 4.1, NFC, GPS, acelrómetro, barómetro, ritmo cardiaco, MTS (pagos móviles)
SENSORESAcelerómetro, giroscopio, ritmo cardíaco, luz ambiental, barómetro; la versión 3G añade GPS
BATERÍA380 0mAh
PRECIO399 euros

De hecho este es uno de los motivos fundamentales por los que este reloj brilla especialmente en el apartado de la autonomía, ya que otros relojes inteligentes suelen hacer uso de procesadores como el Snapdragon 400 que están fabricados en tecnología de 28 nm, lo que los hace menos eficientes. Hay mejoras también notables en la capacidad de la batería, que ahora sube a los 380 mAh desde los 250 mAh del Gear S2, mientras que contamos también con una diferencia importante en sensores, donde el surtido es realmente sobresaliente. La presencia de un altavoz es también novedad en un reloj que gracias a ello permite que podamos hacer y recibir llamadas desde el reloj sin sacar el móvil del bolsillo , e incluso escuchar música de forma autónoma en el Gear S3 o recibir las respuestas de voz de S-Voice. Como veníamos diciendo, el uso de ese nuevo procesador y de una batería de buena capacidad hace que estemos ante el reloj inteligente más destacable del mercado en cuestión de batería.

No salen las cuentas con los 4 días que Samsung afirma que se pueden lograr, pero aún así la cifra deja atrás a todos los competidores actuales. Si buscáis un smartwatch que cumpla en este sentido, esta es la opción.

Cuestión de software

El dispositivo cuenta con Tizen 2.3.2, una versión reciente que entre otras cosas dota al Gear S3 de una autonomía interesante, aunque limitada.

En el smartwatch de Samsung podremos acceder a la tienda de aplicaciones y a la de esferas (watchfaces) para el dispositivo, y hacerlo además sin estar ligados al teléfono. Podremos acceder a esas opciones con una conexión WiFi (el reloj “roba” SSIDs y contraseñas de redes WiFi automáticamente al sincronizarse con nuestro móvil), pero eso sí, no serán las tiendas completas, sino que solo se mostrarán una selección de las apps o esferas destacadas por Samsung.

Para el resto de funciones contamos con Gear Manager, la aplicación que nos permite controlar distintos parámetros desde el móvil e informarnos de algunos apartados hardware y software del reloj. El catálogo software es decente y de hecho el reloj llega con el juego ‘Fruit Ninja’ preinstalado, algo que demuestra que la plataforma es suficientemente potente para este tipo de ámbitos. Jugar en una pantalla tan pequeña (como escribir en el miniteclado o usar el reconocimiento de escritura —en español esa opción no está disponible—) no tiene mucho sentido, y esa inclusión parece más un “puedo hacerlo” que un “debo hacerlo”.

Una de las características llamativas de Tizen que podemos usar directamente desde el teléfono o desde el reloj es la capacidad de personalizar su aspecto. Las esferas disponibles permiten ofrecer todo tipo de alternativas en este sentido, pero es que muchas de ellas son a su vez personalizables.

Podremos elegir cosas como las tipografías, colores e imággenes de fondo y sobre todo las llamadas “complicaciones” (un nombre extraño, la verdad), que no son más que widgets para esta plataforma con los que poder añadir “esferitas” que muestren estado de la batería, pasos contabilizados, hora en otra ciudad, etc. Poder modificar todos esos parámetros tanto desde el móvil como desde el reloj es realmente llamativo, y hace que esa capacidad de dejar el reloj a nuestro gusto gane muchos enteros.

La interacción con el sistema se basa tanto en los gestos táctiles como en el uso de ese anillo exterior que gira en ambos sentidos horarios que permite irse moviendo por las opciones y luego ir interactuando con ellas tanto en pantalla como con los botones físicos.

Los smartwatches son cada vez más cuantificadores de actividad

En esa apuesta software destaca especialmente la atención a la cuantificación de la actividad física, que en Samsung llevan tiempo impulsando a través de S Health. El sensor de ritmo cardiaco y el GPS son grandes compañeros para todos los que gusten de actividades como correr o ejercicios en el gimnasio, y el reloj es también capaz de detectar cuándo subimos escaleras y lo toma en cuenta para avisarnos de esos pequeños logros de actividad física.

Detecta que llevamos sentados mucho tiempo y nos anima a movernos un poco, y registra la actividad a a diario para que nos animemos a superarnos cada día o compitamos incluso con amigos y conocidos que tengan esta función activada.

En las preferencias de S Health encontraremos además distintos modos de entrenamiento que nos permiten especificar la actividad que vamos a realizar para que el reloj pueda hacer una contabilización más precisa de las calorías que logramos “quemar” con ese ejercicio, pero como decíamos la mayoría de las actividades están orientadas a ejercicios en el gimnasio.

Para otros deportes la cosa es menos destacable, aunque el reloj es capaz de detectar que estamos haciendo alguna actividad (pero no cuál) y entra en un modo automático en el que se evalúa ese esfuerzo. La precisión del contador de calorías quemadas es también probablemente discutible aquí: en mi caso jugué al baloncesto, paseé y salí a correr y mientras que en los dos últimos casos el recuento de calorías quemadas era coherente, con el partido de baloncesto los números eran algo extraños: es una actividad más intensa que correr a un ritmo sostenido, y sin embargo el contador mostraba una cantidad sensiblemente más baja de lo esperado.

Aquí sí que es cierto que la inclusión de ese GPS es una gran noticia para los corredores y ciclistas, que además se pueden beneficiar de esos 4 GB de capacidad de almacenamiento (en realidad sólo 2,4 GB están a disposición del usuario tras encender el reloj por primera vez) para meter música en el reloj y escucharla a través de unos auriculares BT sin llevar el teléfono a cuestas. El altímetro también es útil en estos casos, ya que permite medir la altitud del recorrido en cada momento y hacer que el seguimiento de la actividad (sobre todo a la hora de correr o montar en bici) sea más preciso.

Se puede usar con teléfonos no-Samsung

Para poder hacer algo parecido a lo que hacemos con Android Wear tendremos que instalar por ejemplo HERE Maps/Navigator tanto en el reloj como en el smartphone. La integración con muchas de las aplicaciones de mensajería es también nula, y no podremos enviar mensajes de WhatsApp o de correo electrónico con órdenes de voz. 

Es cierto que en algunos casos podemos resolver el problema instalando aplicaciones en el reloj y el teléfono, pero en otros casos nos quedaremos sin poder usar esas funciones cuando sí existen en otras plataformas. El catálogo software es correcto pero tampoco puede competir con el de Google o Apple, y aquí notábamos como algunas herramientas para controlar la actividad física o la música que utilizamos de forma regular en Android Wear no funcionan con Tizen.

Aquí es donde también es importante destacar que el comportamiento de S Voice como asistente de voz es mucho más limitado que el de los relojes basados en watchOS y sobre todo Android Wear. Los asistentes de Apple y Google están mucho más maduros y eso se nota al tratar de interactuar con un servicio que funciona en lo básico, pero que como decimos no soporta una interacción algo más avanzada. Las opciones de mensajería son un ejemplo, pero también ocurre con la búsqueda de información y desde luego con preguntas contextuales que tanto Siri como Google Now van soportando de forma cada vez más satisfactoria.

Características con futuro

Los relojes inteligentes están incorporando poco a poco cualidades que los hacen algo menos dependientes del teléfono o que potencian su uso en otros escenarios. En el Gear S3 tenemos por ejemplo ese altavoz que abre posibilidades interesantes a la hora de interactuar por voz con el reloj y que incluso nos permite escuchar música o hacer y recibir llamadas.

Lo que sí es especialmente prometedor es el soporte Samsung Pay en el reloj, un servicio que no pude probar (no dispongo de cuenta bancaria en los bancos que ofrecen este servicio (CaixaBank, Abanca, Sabadell y e Imagin) pero que no solo funciona con teléfonos de Samsung, sino también con teléfonos Android de otros fabricantes.

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